30 de noviembre de 2010

Jack Kerouac: "Es el sentimiento lo que me gusta en el arte, no el artificio"

En los años cincuenta del siglo XX floreció en Estados Unidos una generación literaria que, haciendo gala de una actitud rebelde y provocadora, experimentó con el lenguaje y las costumbres para representar la profunda desilusión de los jóvenes ante el tan mentado "american way of life" de esa sociedad tradicionalista y puritana como lo es la norteamericana. Indómita y descarada, inconformista y vital, la Beat Generation (Generación Beat) tuvo entre sus figuras más representativas a William Burroughs (1914-1997), Lawrence Ferlinghetti (1919), Jack Kerouac (1922-1969), Allen Ginsberg (1926-1997) y Gregory Corso (1930-2001). Cuando en 1957 apareció "On the road" (En el camino), su autor, Jack Kerouac, instaló a esta generación en el escenario literario y social y él se convirtió en su principal referente. Para el "New York Times", la novela estaba llamada a convertirse en el equivalente de lo que "The sun also rises" (Fiesta) de Ernest Hemingway (1899-1961) representó para la "Generación perdida" de los parisinos años veinte. Y algo de eso hubo ya que, aunque nunca fue un "best-seller", la proyección de "En el camino" fue increíble e inmediata. El escritor argentino Elvio Gandolfo (1947) dice en el prólogo de "Poesía Beat", un libro que reúne creaciones de los más emblemáticos poetas de esa generación, que "Kerouac sentía ya de joven un rechazo instintivo, radical y conservador por algunos aspectos concretos, algo que se acentuaría en la madurez y le sería enrostrado por los medios que se hacían su propia imagen de lo que era 'beat' y lo trataban de racista o reaccionario". Agrega Gandolfo que "la memoria prodigiosa sobre su infancia y la capacidad necesaria para recrearla literariamente" llevó a Kerouac a escribir su primera obra, "The town and the city" (El pueblo y la ciudad), una novela covencional que no pronosticaba el sacudón provocado por "En el camino" y su larga secuela múltiple compuesta por "The subterraneans" (Los subterráneos), "The Dharma bums" (Los vagabundos del Dharma), "Big Sur" (Gran Sur) y "Lonesome traveler" (El viajero solitario) entre otros. En 1967 un grupo de poetas norteamericanos conformado por Ted Berrigan (1934-1983), Aram Saroyan (1943) y Duncan McNaughton (1942) lo entrevistó en su casa de Lowell, Massachusetts. A continuación se reproducen los fragmentos más sobresalientes de esa larga entrevista que fuera publicada en el nº 43 de la revista "Paris Review" en el verano (boreal) de 1968.


¿Por qué no empezamos con los editores? ¿Cómo…?

Ok. Todos mis editores desde Malcolm Cowley han recibido instrucciones de dejar mi prosa exactamente tal como fue escrita. En los tiempos de Malcolm Cowley, con "En el camino" y "Los vagabundos del Dharma", no tenía poder para apegarme a mi estilo, ya sea para bien o para mal. Cuando Malcolm Cowley hizo infinitas revisiones e insertó miles de comas innecesarias como, digamos, "Cheyenne, Wyoming" (¿por qué no decir simplemente "Cheyenne Wyoming" y dejar que asi quede, por ejemplo?). Gasté quinientos dólares haciendo la restitución completa del manuscrito de "Los vagabundos del Dharma" y recibí un cheque de Viking Press con el título de "Revisiones". ¡Ja, ja, ja! Y me preguntas cómo es que trabajo con un editor… Bueno, en estos días, estoy gratificado por su asistencia en las pruebas de imprenta del manuscrito y descubriendo errores lógicos, como fechas, nombres de lugares. Al no revisar lo que escribes, le das al lector el verdadero trabajo de tu mente durante la escritura misma: confiesas tus pensamientos de manera inalterable… Mira, ¿has escuchado alguna vez un tipo en un bar contando una historia larga y salvaje a un grupo de hombres y todos escuchan y sonríen? ¿Has visto que el tipo se detenga a revisar lo que ha dicho, que vuelva a la oración anterior para mejorarla, para pulir el impacto del pensamiento rítmico? Si hace una pausa para sonarse la nariz, ¿nos está ya planeando la siguiente oración? Y cuando deja que la siguiente oración se pierda, ¿no es precisamente eso lo que quería hacer? ¿No se aparta del pensamiento de esa oración y, como decía Shakespeare, "calla para siempre" ya que ha pasado el tema por encima, como un brazo de un río fluye sobre una roca una y otra vez y nunca vuelve a hacerlo de la misma manera? A partir de mi obsesión con los períodos, todo lo que vino luego fue incidental; ésa la prosa de "October in the railroad earth" (Octubre en las vías del tren), muy experimental, con la intención de un golpe extensivo, como una máquina de vapor empuja un tren de carga desde un furgón rechinante al final. Esa era mi manera de hacerlo entonces y aún lo es; sí, el pensamiento durante la escritura veloz es confesional, y pura y completamente excitado con la vida que lo transporta. Estate seguro de esto, me pasé toda mi juventud escribiendo lentamente, haciendo revisiones e infinitas y cíclicas especulaciones, descartando cosas, pero llegué un día a ver que estaba escribiendo una oración que no tenía sentimiento. Mierda, es sentimiento lo que me gusta en el arte, no artificio.

¿Qué fue lo que te animó a usar prosa espontánea en "En el camino"?

La idea de la prosa espontánea la saqué de lo buenas que eran las cartas que me escribía Neal Cassady, todas en primera persona, rápidas, locas, confesionales, completamente serias, detalladas, con los nombres reales de todos. Ya, eran cartas, es lógico. Pero recuerdo la admonición de Goethe, su profecía de que en el futuro la literatura de Occidente iba a ser confesional por naturaleza; incluso Dostoievsky lo profetizó también y habría empezado a trabajar en esa vena si hubiese vivido lo suficiente para escribir ese proyecto de obra maestra: "La vida de un gran pecador". Cassady también empezó a escribir en su primera juventud con cierta lentitud, de manera pintoresca y toda esa basura artificial, pero se hartó de ello al igual que yo, al ver que el resultado no era lo que sentía salir de su corazón y sus agallas. Pero el impacto fue el estilo. Esos degenerados de la Costa Oeste mienten cruelmente cuando dicen que la idea de "En el camino" la saqué de él. Todas las cartas que me escribió eran sobre sus días de juventud, antes de que lo conociera, sobre su padre y sus experiencias juveniles. Pero hubo una carta que me envió una vez que fue descripta erróneamente como de unas trece mil palabras… Uhm... no, trece mil palabras tenía su primera novela, "The first third" (El primer tercio), la cual sigue en su poder. Esta carta a la que me refiero, la carta principal, tenía cuarenta mil palabras; imagínate, una novela corta. Es el mejor texto que yo haya leído alguna vez, mejor que cualquier otro en Norteaméricaº o al menos tan bueno como Melville, Twain, Dreiser, Wolfe, revolcándose en sus tumbas. Allen Ginsberg me pidió que le enviase esta vasta carta para leerla. La leyó, luego se la prestó a un tipo llamado Gerd Stern que vivía en una casa flotante en Sausalito, California, en 1955, y este tipo la perdió, a bordo, supongo. Neal y yo la llamábamos convenientemente la "Carta Joan Anderson". El relato de una navidad en los billares, las habitaciones de hotel, la cárcel en Dénver, toda llena de momentos hilarantes y trágicos también, incluso el dibujo de una ventana, con las medidas precisas para que el lector la entendiera mejor. Escucha: esta carta habría sido impresa bajo la propiedad intelectual de Neal si la hubiésemos hallado, pero como ya sabes, era de mi propiedad -dado que estaba dirigida a mí-. Allen no debió haber sido tan descuidado con ella, o bien el tipo de la casa flotante. Si pudiéramos desenterrar esta carta de cuarenta mil palabras Neal se vería justificado. Hemos grabado muchas veces nuestras conversaciones en 1952, y las hemos escuchado varias veces; ambos tenemos el secreto de la jerga para contar una historia y darnos cuenta de que la única manera de expresarla es con la velocidad, la tensión y las tonterías extasiadas del momento… ¿es suficiente?

¿Piensas que tu estilo ha cambiado a partir de "En el camino?

¿Qué estilo? Ah, el estilo de "En el camino". Bueno, como decía, Cowley mantiene el estilo del manuscrito lejos de mi poder de queja, y desde entonces mis libros se publicaron tal como fueron escritos; el estilo varió de la aguda velocidad experimental de "Octubre en las vías del tren" al trabajo delicado, de "uña encarnada" de "Tristessa" (Tristeza); o de la influencia de la locura confesional de "Memorias del subsuelo" de Dostoievsky en "Los subterráneos" a la perfección de "Gran Sur", que cuenta de manera delicada una historia bastante llana de un tirón, a "Satori in Paris" (Satori en París), que fue el primer libro que escribí con un trago a mi lado (coñac o licor de malta)… Aunque no desestimo "Book of dreams" (El libro de los sueños), el estilo de una persona medio dormida, recién despierta, con un lápiz en la cama… Sí, un lápiz… ¡Qué trabajo! Los ojos somnolientos, la loca mente desconcertada y perpleja por el sueño, detalles que saltaban mientras escribías y que no sabías su significado hasta que despertabas, te tomabas un café, lo mirabas y veías la lógica de los sueños en el lenguaje mismo del sueño, ¿sabes? Finalmente decidí, en mi cansada madurez, aflojarme un poco y escribí "Vanity of Duluoz" (La vanidad de los Duluoz) en un estilo más moderado de modo que, al haber sido tan esotérico todos estos años, volvieron a mí algunos lectores y vieron lo que estos diez años han hecho de mi vida y mi pensamiento… Lo que, después de todo, tengo para ofrecer, la verdadera historia de lo que vi y de cómo lo vi.

Has dicho alguna vez que los haikus no pueden escribirse espontáneamente, que deben ser corregidos y revisados. ¿Es éste el principio de toda tu poesía? ¿Por qué el método de la poesía habría de diferir del de la prosa?

No. Primero, los haikus son mejores si se los corrige y se los revisa. Lo sé, lo he intentado. Tienen que ser completamente económicos, sin follaje y floritura y lenguaje rítmico. Tiene que ser una simple imagen en tres líneas. Al menos, ésa es la manera en la que lo hacían los grandes maestros. Pero para lo que es el verso regular en inglés, yo arremetía al igual que con la prosa, usando el tamaño de la página de una libreta para la forma y el largo del poema, tal como un músico de jazz tiene un orden de un cierto número de barras y estribillos y tiene que detenerse allí donde el estribillo se detiene. Al final, en poesía puedes ser completamente libre de decir lo que quieras decir, no tienes que contar una historia, puedes usar juegos de palabras secretos; es por eso que siempre digo, cuando escribo prosa, "no hay tiempo para la poesía ahora, haz un relato simple".

¿"El pueblo y la ciudad" fue escrito bajo principios de composición espontánea?

Parte de él, sí. Incluso escribí otra version con Burroughs. Está escondida bajo la alfombra.

Sí, he oído sobre ella. Todo el mundo la quiere.

Se llama "And the hippos were boiled in their tanks" (Y los hipopótamos se hierven en sus estanques). Hipopótamos, ya que Burroughs y yo estábamos sentados en un bar una noche y escuchamos un informativo que decía: "Los egipcios atacaron bla bla bla… y mientras tanto, hay un gran incendio en el zoológico de Londres y el fuego corre por todo el predio ¡y los hipopótamos se hierven en sus estanques! ¡Buenas noches a todos!". Así es Bill, él presta atención a cosas así. Siempre está en eso.

¿Es cierto que pasaste a máquina el manuscrito de "Naked lunch" (El almuerzo desnudo) en Tánger?

No, sólo la primera parte. Los primeros dos capítulos. Me había ido a la cama y tenía pesadillas… Soñaba con grandes mortadelas que salían de mi boca. Tuve pesadillas cuando lo pasaba a máquina… Le dije: "¡Bill!". Y él dijo: "Sigue pasándolo. Te compraré un maldito calentador a kerosén en Africa del Norte". Sabes, viviendo entre árabes es difícil conseguir un buen calentador. Encendía el de kerosén y me lo llevaba a la cama, y también un poco de marihuana. Kef, como le llamaban allí… A veces era hashish… Allí, por cierto, es legal… Y yo fumaba y fumaba y fumaba, y cuando me iba a la cama tenía pesadillas con cosas que se me salían de la boca. Al final, aparecieron Allen Ginsberg y otros tipos, como Alan Ansen, y arruinaron todo el manuscrito ya que no lo pasaron del mismo modo en que había sido escrito. En mi opinión, Burroughs no ha dado a nuestros corazones rotos algo interesante desde que escribió como en "El almuerzo desnudo". Todo lo que hace ahora son "fragmentos". Escribes una página de prosa sobre otra, luego la doblas por la mitad, la cortas y las pones juntas… Mierdas como ésas.

¿Qué hay del jazz y del bop como influencias?

Sí, el jazz y el bop, en el sentido de un tenor tomando aire y soplando una frase en su saxofón, hasta quedarse sin aliento, y que cuando lo haya conseguido, conseguido su oración, pues la exposición ya está hecha… Así es como yo separo mis oraciones, separaciones respiratorias de la imaginación… He formulado ya esta teoría de la respiración como una unidad de medida, tanto en la prosa como en el verso, no importa lo que Olson, Charles Olson diga; yo formulé esta teoría en 1953 a pedido de Burroughs y Ginsberg. Luego está el brío y la libertad y el humor del jazz en contraposición con todo ese espantoso análisis y cosas como "James entró en la habitación y encendió un cigarrillo. Pensó que Jane habría podido pensar que aquel gesto era demasiado vago…". Ya sabes como es.

¿Y el cine?

Sí, todos hemos sido influenciados por el cine. Malcolm Cowley lo mencionó varias veces. Es bastante perceptivo algunas veces: mencionó que en "Dr. Sax" se habla continuamente de orina, y de manera bastante natural ya que no tenía otro lugar donde escribir cuando estaba en México que el pequeño inodoro del baño, de manera de poder apartarme de los invitados en el departamento. Creo que tuvo cierta incidencia que lo haya escrito fumando marihuana todo el tiempo, el estilo es verdaderamente alucinatorio. Aunque no era la intención, en realidad.

Escribiste "En el camino" en tres semanas, "Los subterráneos" en tres días. ¿Produces aún con estos raptos tan fascinantes? ¿Podrías decirnos algo de la génesis del trabajo antes de que te sientas a teclear a una velocidad tan terrible? ¿Cuánto de ello existe ya en tu mente, por ejemplo?

Piensas en lo que sucedió realmente, le cuentas a tus amigos largas historias sobre ello, reflexionas, te conectas libremente y luego, cuando el momento de tener que pagar el alquiler llega una vez más, te fuerzas a sentarte a la máquina de escribir, o a escribir en un anotador, y lo sacas tan rápido como puedes… No es que vaya a dañarse ni un poco ya que ya tienes toda la historia alineada. Ahora, cómo hacerlo depende del tipo de trampa que tengas en esa cabecita. Suena jactancioso, pero una chica me dijo una vez que yo tenía un cerebro-trampa, queriendo decir que podía capturar con una oración todo lo que ella había hecho en una hora, más allá de que nuestra conversación hubiese derivado a un millón de años luz de distancia… Sabes lo que digo, como la mente de un abogado, digamos. Todo está en su mente, salvo ese lenguaje que se usa en el momento en que debe ser usado… Con respecto a "En el camino" y a "Los subterráneos", no, ya no puedo escribir tan rápidamente… Escribir "Los subterráneos" en tres noches fue realmente una proeza fantástica, tanto atlética como mentalmente, deberías haberme visto luego de que la terminé… Estaba pálido como un papel y había perdido quince libras, era un extraño en el espejo. Lo que hago ahora es escribir un promedio de ocho mil palabras de una sentada, en mitad de la noche, y otras ocho mil una semana después, descansando y tomando aire en el ínterin. Realmente odio escribir. No puedo divertirme haciéndolo ya que no puedo decir: "Estoy trabajando, cierren la puerta, sírvanme un café", estando allí sentado como un hombre de letras, haciendo su trabajo de ocho horas al día y luego llenando el mundo impreso con un montón de caídas deprimentes y auto impuestas y agregados pretenciosos; "agregados", así llaman los escoceses al relleno de las almohadas. ¿Nunca has escuchado a un político usar mil quinientas palabras para decir algo que puede decirse sólo con tres? Así fue que me aparté de ese camino y ya no me aburro más haciéndolo.

¿Cómo te llevas con otros escritores? ¿Te escribes con ellos?

Me escribo con John Clellon Holmes, pero cada vez menos; me estoy volviendo muy haragán. No puedo responder las cartas de mis admiradores porque no tengo una secretaria a la que dictarle, que escriba a máquina, compre las estampillas, los sobres, todo eso… y no tengo nada que responder, la verdad. No voy a pasarme el resto de mi vida sonriendo y apretando manos y dando y recibiendo lugares comunes como un político, porque soy escritor. Tengo que dejar reposar mi mente, como Greta Garbo. Igualmente, cuando salgo o recibo invitados inesperados, la pasamos mejor que un barril de monos.

¿Qué hay de la influencia de Ginsberg y Burroughs? ¿Alguna vez han pensado en la marca que ustedes tres dejarán en las letras norteamericanas?

A mí me han consagrado "gran escritor" varias veces, como a Thomas Wolfe… Allen siempre estuvo leyendo y escribiendo poesía… Burroughs siempre leyó mucho y anduvo por todos lados mirándolo todo. Se ha escrito una y otra vez sobre la influencia que hemos tenido los unos en los otros… Eramos solamente tres personajes interesantes en una ciudad interesante como New York, en los "campus", las librerías, las cafeterías. Si hay algo que cuenta es nuestro trabajo, y no estoy tan orgulloso del mío o de los suyos o del de nadie, quizás porque estamos aún muy cerca de casa como para sentirnos cómodos. La notoriedad y las confesiones públicas en un formato literario exigen tanto de ti que es necesario arrastrarlo desde el nacimiento, créeme.

¿Qué fue lo que los reunió a todos ustedes en los '50? ¿Qué fue lo que parecía agrupar a la "Beat Generation"?

Oh, "Beat Generation" fue tan solo una frase que se usó en 1951 en el manuscrito de "En el camino" para describir a tipos como Moriarty, que corrían a través del país buscando trabajos raros, chicas, emoción. Luego fue utilizada por la Izquierda de la Costa Oeste y cambiaron el significado a "Beat mutiny" (Motín Beat) y "Beat insurrection" (Insurrección Beat) y todo ese sinsentido; sólo querían un movimiento joven para sostener sus propios propósitos sociales y políticos. Yo no tengo nada que ver con todo eso. Yo fui jugador de football, estudiante becado de la universidad, marino mercante, guardafrenos en los trenes de carga, escritor de guiones, secretario… Y actualmente, Moriarty-Cassady es un cowboy en el rancho de Dave Uhl en New Raymer, Colorado… ¿Qué clase de beatnik puede ser ése?

¿No había un sentimiento de comunión en el grupo Beat?

Esa comunión fue inspirada todo el tiempo por los mismos personajes que he mencionado, tipos como Ferlinghetti, Ginsberg; ellos tienen mucha conciencia social y quieren que todo el mundo viva en una especie de kibbutz, solidaridad y todo eso. Yo era un solitario. Snyder no es como Whalen, Whalen no es como McClure, yo no soy McClure, McClure no es Ferlinghetti, pero todos la pasábamos bien bebiendo vino. Conocíamos a cientos de pintores y poetas y músicos de jazz. No hay tal grupo beat, como decías… ¿Qué hay de Scott Fitzgerald y su "generación perdida"? ¿Suena bien? O Goethe y su "grupo Wilhelm Meister"? Este tema es aburridísimo.

Bien. Pero, ¿por qué se dividieron a principios de los '60?

Ginsberg nunca estuvo interesado en la Izquierda… Como Joyce le dijo a Ezra Pound en los años '20: "No me molesten con la política, lo único que me interesa es el estilo". Además me aburre mucho la nueva vanguardia y el sensacionalismo creciente. Leo a Blaise Pascal y tomo notas sobre religión. Me gusta juntarme con tipos que son no-intelectuales, como quizás les llamarías, y no tener mi mente llena de proselitismo "ad infinitum". Han empezado a crucificar pollos en los "happenings", ¿qué viene luego? ¿La crucifixión de un hombre…? El grupo Beat se dispersó a principios de los '60, como decías; cada uno tomó su camino y éste es el mío: una vida casera, como al principio, yéndole a hincar el diente a algún bar de vez en cuando.

¿Qué piensas de lo que han estado haciendo hasta ahora? El compromiso radical de Allen… el método "cut-up" (técnica de recortes) de Burroughs…

Yo soy pro-norteamericano y el compromiso radical en la política parece extenderse a todos lados… El país le ha dado a mi familia canadiense una buena tregua, más o menos, y no vemos razón alguna en menospreciarlo. En lo que respecta al método "cut-up" de Burroughs, espero que vuelva a escribir aquellas raras y divertidas historias que solía hacer y a las maravillosas viñetas de "El almuerzo desnudo". El "cut-up" no es nada nuevo, de hecho mi mente-trampa hace muchos recortes mientras trabaja… al igual que el cerebro de todo el mundo cuando habla o piensa o escribe… Se trata solamente de un viejo truco Dadá, un "collage" literario. Sin embargo, Burroughs suele sacar de él efectos impresionantes. Quiero que sea lógico y elegante y es por eso que no me gusta el "cut-up", que viene a enseñarnos que nuestra mente está hecha pedazos. Claro que está hecha pedazos, como cualquier puede notarlo cuando alucina pero, ¿qué tal si intentamos una explicación de esa destrucción que pueda ser entendida en lo cotidiano de un momento?

¿Qué piensas de los hippies y del panorama del LSD?

Ya empieza a cambiar, yo no podría ser capaz de juzgarlo. Y no tienen el mismo tipo de pensamiento. No conozco un solo hippie de todas formas… Creo que piensan que soy un camionero. Y lo soy. Con respecto al LSD, es malo para gente con antecedentes cardíacos en su familia.